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Inmaculada
- Autor: Atribuido a Pedro de Mena
- Medidas: 87 x 37 x 26 cm.
- Época: Siglo XVII
- Técnica: Madera tallada y policromada con estofas
- Propiedad: Ayuntamiento de Lorca
Estudio histórico artístico
Escultura ligada al obrador de los Mena y, en concreto, al destacado escultor granadino Pedro de Mena (1628-1688), y relacionada con aquellos vínculos culturales y artísticos establecidos por la propia cercanía geográfica desde el Quinientos pero confirmados en el siglo XVII entre Granada y algunos centros de la Antigua Diócesis de Cartagena, tales como Murcia o Lorca; sabida es, además, la existencia de encargos directos a la vecina ciudad andaluza habida cuenta de su fuerte arraigo artístico y en muchas ocasiones evidenciando una sensible dependencia antes de la aparición más genuina del barroco local
El obrador de Pedro de Mena (1628-1688) constituye uno de los más importantes de la Andalucía oriental, constituyendo un influjo permanente desde el último tercio del S. XVII. Hay muchos artistas vinculados a él, bien como discípulos directos, bien como simples imitadores o artesanos de su taller.
La obra que nos ocupa entronca con la iconografía que hacia la mitad de la centuria Alonso Cano diseña para la Sacristía de la Catedral de Granada, perteneciendo al repertorio difundido por Alonso de Mena cuyas peculiaridades se centran en la exquisitez de formas y policromías, así como en su pequeño formato. La Virgen está contemplada con una impronta casi infantil y un sutil gesto donde destacan el perfecto tratamiento de rasgos y cabello. A la forma ahusada de la silueta contribuye la distribución de pliegues del manto, con un tratamiento perfeccionista en el tallado de planos, unas veces angulosos y contundente, otras, delicadamente mórbidos. Pero el artífice de esta obra despliega una fastuosidad inusitada en las policromías y estofas de tejidos; éstas últimas se centran en la blanca túnica totalmente brochada en oro y en el manto azul purísima de forro carmesí por el que bordea una gran cenefa dorada de cartelas, cuyas tornapuntas en “C” cobijan los símbolos de la Letanía.
Escultura vinculada al Oratorio del Concejo de Lorca, construido hacia 1769 por Jerónimo Martínez. Debido a la cercanía geográfica y artística granadina esta Inmaculada fue probablemente el producto de algún encargo privado, habida cuenta además del ejemplo palmario y similar que representa otra imagen, la Inmaculada de la Capilla de Casa Guevara ( Huellas, p. 438).
El obrador de Pedro de Mena (1628-1688) constituye uno de los más importantes de la Andalucía oriental, constituyendo un influjo permanente desde el último tercio del S. XVII. Hay muchos artistas vinculados a él, bien como discípulos directos, bien como simples imitadores o artesanos de su taller.
La obra que nos ocupa entronca con la iconografía que hacia la mitad de la centuria Alonso Cano diseña para la Sacristía de la Catedral de Granada, perteneciendo al repertorio difundido por Alonso de Mena cuyas peculiaridades se centran en la exquisitez de formas y policromías, así como en su pequeño formato. La Virgen está contemplada con una impronta casi infantil y un sutil gesto donde destacan el perfecto tratamiento de rasgos y cabello. A la forma ahusada de la silueta contribuye la distribución de pliegues del manto, con un tratamiento perfeccionista en el tallado de planos, unas veces angulosos y contundente, otras, delicadamente mórbidos. Pero el artífice de esta obra despliega una fastuosidad inusitada en las policromías y estofas de tejidos; éstas últimas se centran en la blanca túnica totalmente brochada en oro y en el manto azul purísima de forro carmesí por el que bordea una gran cenefa dorada de cartelas, cuyas tornapuntas en “C” cobijan los símbolos de la Letanía.
Escultura vinculada al Oratorio del Concejo de Lorca, construido hacia 1769 por Jerónimo Martínez. Debido a la cercanía geográfica y artística granadina esta Inmaculada fue probablemente el producto de algún encargo privado, habida cuenta además del ejemplo palmario y similar que representa otra imagen, la Inmaculada de la Capilla de Casa Guevara ( Huellas, p. 438).
Estado de conservación
Talla en madera policromada y estofada de pequeño formato que presentaba un estado de conservación muy deficiente. La obra presentaba una repolicromía completa con dos estratos: capa de aparejo y policromía. Tras la eliminación de esta, apareció la rica y ornamentada policromía original, con infinidad de pequeñas pérdidas de película pictórica, problemas de adhesión al soporte y abrasiones. También hay que señalar la existencia de grietas puntuales como consecuencia del movimiento natural de la madera. La nube sobre la que se apoya la Virgen era de factura posterior al conjunto, encontrándose plateada al mixtión.
Tanto las manos como la cabeza presentaban una ligera capa de suciedad generalizada que ocultaba los colores originales de la obra.
Tanto las manos como la cabeza presentaban una ligera capa de suciedad generalizada que ocultaba los colores originales de la obra.
Proceso de intervención
- Analítica y toma de muestras
- Limpieza físico-química
- Sellado de grietas
- Reconstrucción de la capa de preparación
- Reintegración cromática diferenciada
- Barnizado final de protección