Se trata de una pintura de Pedro Sánchez Picazo (1863-1952), incluida en el Inventario General de Bienes Muebles de la Región de Murcia con fecha 28 de octubre de 1987 y Código de Identificación: I-M-01-0000050; procedente de una colección privada; la obra que nos ocupa fue en su día, 1986, ofertada a la CARM para su adquisición, pasando posteriormente a una importante colección particular que la ha cedido en depósito al Museo de Bellas Artes de Murcia.

Espectacular por sus dimensiones y registros decorativos y técnicos, se halla englobada dentro de lo que podríamos denominar pintura de temática decorativa, adscribiéndose ésta a los parámetros artísticos de finales del ochocientos e inicios del siglo XX vinculados con la tradición pictórica del postimpresionismo.

El insigne Sánchez Picazo, artista de discretísima fama fuera de nuestra Región, es uno de los máximos difusores de la pintura de flores en Murcia. Repertorio de jazmines, margaritas, claveles, rosas, ramilletes de azahar, malvas o alhelíes conforman un inventario nunca monótono y siempre irrepetible a través de una paleta versátil, ágil y de factura perfecta. En cenachos y carretones, en límpidos frascos, rematando tibores de regusto oriental, sobre panderetas o rebosando cestos, Sánchez Picazo reinterpreta con esplendor la tradición del bodegón, de la naturaleza muerta, de la pintura de flores que desde el siglo XVII da sus mejores logros a través de las obras de Sánchez Cotán, Arellano o Seghers. Si en la pintura antigua se valoraba el sentido simbólico o alusivo, recuérdese el bodegón de impronta ascética, o bien constituía un alarde de exhibición al disponer los mejores manjares, frutos o flores en un tableaux, en las obras de Pedro Sánchez Picazo prevalece ese gusto hacia aspectos costumbristas, una visión idealizada y bella de la naturaleza, pero siempre dentro de los registros de la realidad, eso sí, haciendo hincapié en el virtuosismo del oficio.

Pintura realizada al óleo sobre tela que presentaba un estado de conservación deficiente. La pintura se complementa con un marco tallado en madera y dorado con lámina de oro cuyo estado de conservación era también deficiente. Debido a una intervención anterior, gran parte de la mitad inferior de la pintura se encontraba repintada, ocultando los colores y tonos originales. También hay que destacar la presencia de diversos parches colocados en el reverso de diferente factura que subsanaban varios rotos del soporte. El tejido presentaba distensiones en sus ángulos como consecuencia de una incorrecta tensión del bastidor.

• Analítica y toma de muestras
• Protección puntual y consolidación de estratos
• Limpieza mecánica del reverso
• Reentelado
• Cambio del bastidor
• Limpieza físico-química
• Reconstrucción de la capa de preparación
• Reintegración cromática diferenciada
• Barnizado final de protección