Los datos biográficos de Juan de Toledo, militar de profesión, no están claros. Uno de sus biógrafos, Ceán Bermúdez, señala 1611 como la fecha de su nacimiento. Esta tesis fue rebatida por Mª Victoria Caballero que indicó, a este respecto, la existencia de documentos que prueban el nacimiento de su hermano mayor en 1612, lo que imposibilitaría el argumento mantenido por Bermúdez. Tampoco se tienen informaciones acerca de su período de formación, que muy probablemente se desarrollaría al lado de su padre, también pintor. Lo que si está constatado es que viaja a Italia para perfeccionar la técnica de su oficio, estancia que se ha establecido determinante para el devenir de su carrera. A su regreso se instaló en Granada, para convertirse, al final, en un pintor itinerante. Murió en 1665.

Fueron los temas bélicos los más habituales en su obra, por ello fue apodado el Cerquozzi español, pero Juan de Toledo se aleja del habitual dramatismo de la lucha y se centra, de manera exclusiva, en la narración. Un claro ejemplo de ello se atisba en lienzos como La batalla de Lepanto, obra realizada en colaboración con el también pintor Mateo Gilarte, sita en la Capilla del Rosario de la iglesia de Santo Domingo de la capital murciana.

Este lienzo, conocido por el nombre de Desembarco, según indica Belmonte, es una marina, donde aparecen dos goletas al fondo con las velas recogidas y al aire los gallardetes. En la costa un grupo de hombres, dos de ellos con turbantes, lo que nos remite a comerciantes turcos, contemplan el paisaje, y en una barca amarrada en la orilla aparecen otros dos personajes. Sobre un fondo de celaje se reproduce un magnífico estudio atmosférico. La acertada composición propone una pintura de paisaje testimonial. 

Ha sido objeto de numerosos retoques y restaurado en 1928 por el pintor Enrique Sánchez Alberola.

Se trata de una obra realizada al óleo sobre tela, en muy mal estado de conservación. Se encontraba intervenida anteriormente, presentaba un reentelado en mal estado,  el bastidor también requería ser cambiado. La pintura presenta diferentes destensados, siendo más evidentes los de las esquinas del lienzo. Contaba con una película muy gruesa de suciedad mezclada con una veladura general de óleo aplicada para reintegrar muchos repintes repartidos por toda la obra.

 

1.-Estudio organoléptico: Primeramente se realizó un estudio visual y analítico de la obra, tanto por el anverso como por el reverso. Observamos la gruesa capa de barniz amarillento que cubre todo el cuadro impidiendo apreciar bien los colores subyacentes. Localizamos las lagunas y repintes en la mitad izquierda así como en todos los bordes  y zonas abrasionadas de la obra, así como pequeños rotos también en la parte inferior. El bastidor se encontraba en mal estado, carcomido y con bordos desgastado que hacen necesario su cambio.

La tela presenta un destensamiento generalizado y pronunciado debido a las variaciones climáticas así como marcas del bastidor y el travesaño.

2.- Limpieza mecánica: Limpieza del polvo superficial, por el reverso, mediante una brocha de pelo fino y con ayuda mecánica. 

3.- Retirada del marco: Con la  ayuda de tenazas y alicates se eliminan cuidadosamente todos los elementos empleados para sostener el marco a la obra.

Observamos que la pintura en contacto con el marco está algo mejor conservada.

4.- Limpieza química: Limpieza del barniz oxidado, repintes anteriores y manchas.  Se realizaron pequeñas catas de limpieza en el fondo y en los colores rojos y marrones, siempre en zonas poco representativas.

5.- Protección anverso: Sujetamos la tela por las esquinas mediante grapas para evitar que se deforme con el aporte de humedad. Utilizamos papel japonés y cola de conejo tibia.

6.- Reentelado: Se realiza en mesa caliente con beva 371.

7.- Montaje de la obra en el nuevo bastidor: Para ello usamos grapas de acero inoxidable. El montaje se termina doblando por detrás el sobrante de la tela.

8.- Estucado/desestucado: El estucado de las carencias se realizó con Sulfato Cálcico y cola de conejo, nivelando las mismas mediante bisturí y lija de agua.

9.- Barnizado intermedio: Para unificar la obra aplicamos una capa ligera de barniz de retoques puro, aplicado con una brocha de pelo fino, bien bruñido, para refrescar la pintura y poder apreciar su tonalidad real que nos ayude en la reintegración.

10.- Reintegración cromática: Utilizamos  pigmentos diluidos en barniz y colores de preparación industrial  "Maimery", mediante la técnica del regatino.

11.- Barnizado final: Primero se utilizó  barniz de retoque puro aplicado mediante compresor y pistola. Posteriormente se aplicó otra capa con barniz brillante con compresor y pistola.