Se trata de una talla cuyo origen habría que buscar en el arraigo de la advocación de Nuestra Señora del Carmen en la ciudad de Cartagena. Pese a su desmochado estado inicial, se advertía la gran calidad artística y el exquisito tratamiento técnico de esta obra de procedencia foránea y más cercana a las delicadas esculturas de procedencia colonial que a las tallas e imágenes de tradición levantina o murciana.

De carnaciones ebúrneas, todo el conjunto destaca por el alarde técnico manifestado en la talla de ropajes insuflados de un simbólico viento que despliega túnica y manto; ello, unido a la espectacular policromía y labor de estofa proporcionan a la pieza unas calidades que, una vez restaurada, han aquilatado su primitivo esplendor.

Adscrita a los parámetros cronológicos de finales del siglo XVII/primer tercio del Setecientos, ésta se caracteriza por la delicadeza de su talla que sirve de soporte a una fastuosa decoración estofada y policromada, traslado de las ricas sederías donde destaca todo un repertorio geométrico de grecas, bandas zigzagueantes, puntos, círculos, etc…que se yuxtaponen a racimos de flores. Tanto la policromía como la talla descienden de calidad en su parte posterior al ser concebida como escultura de hornacina

En la obra que nos ocupa la figura del Niño ha desaparecido aunque restan evidencias de su pequeña talla; asimismo, aparecen importantes lagunas o superficies carentes de preparado y policromías

Iconográficamente se representa a María como Madre, llevando en brazos al Niño Jesús (en la obra que nos ocupa el niño está desaparecido), y portando la Virgen el escapulario, símbolo del hábito carmelitano y de la salvación eterna, y cubierta por un manto que simboliza la protección de María a la Orden. Se desconoce su origen y procedencia aunque parece que su adscripción a un entorno genovés se descarta por completo. Desde siempre ha existido un fuerte vínculo de la Virgen del Carmen con la ciudad de Cartagena, su unión con la Marina de Guerra, los pescadores y los trabajadores de la mar.

La correa tiene desde antiguo reconocidas cualidades virtuales: pureza, humildad y signo de mortificación. El legendario mensaje de la Virgen es que gozaría de una especial protección quienes llevaran siempre ceñida la sagrada correa.

Talla en madera policromada, estofada y dorada que presentaba un estado de conservación muy deficiente. Las patologías que afectaban a la obra eran múltiples y muy variadas. Hay que destacar el grave ataque de insectos xilófagos, no activo en el momento de la intervención, y que había provocado incluso la pérdida de soporte en algunos puntos.

Toda la policromía, muy abrasionada por anteriores limpiezas, se encontraba completamente barrida, completamente “maquillada” por diversas capas de barnices oxidados, aceites y suciedad abundante, que ocultaban completamente los colores originales de la obra. A todo ello, hay que sumar la existencia de grietas y fisuras como consecuencia de los movimientos naturales de la madera.

La pieza presentaba multitud de pequeñas pérdidas de capa de policromía y capa de aparejo, llegando incluso a dejar a la vista a la madera subyacente. También son de destacar las importantes pérdidas de soporte en algunas zonas de la imagen, consecuencia de golpes o manipulaciones incorrectas.

•   Analítica y toma de muestras
•   Protección puntual y consolidación de estratos
•   Desinsectación curativa y preventiva
•   Limpieza físico-química
•   Sellado y cosido de grietas
•   Reposición de los faltantes de soporte con resina epoxídica
•   Reconstrucción de la capa de preparación
•   Reintegración cromática diferenciada
•   Barnizado final de protección